La Varona se baña entre huesos afilados,
visceras, despojos humanos,
come el pan de los vencidos,
con sus heridas avanza,
las muestra indiferente,
cicatrizaran lento,
generando mas resentimiento,
marcha sobre mi
fetos arrojados, no queridos,
fetos arrojados, no queridos,
aborrecidos,
sus preferidos claro,
entona una lúgubre canción,
todo lo convierte en demonios,
aunque La Varona bendice su don.
Sus crías aletean abriendo camino,
reconocen a su reina invertida,
saben que al empezar la noche
ella dará el grito de guerra,
el asalto sobre los soberbios e ignorantes humanos,
para que ella los crucifique y paladee su ser.
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