Perdóname por ir así buscándote tan torpemente, dentro de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar de ti tu mejor tú.
Ese que no te viste y que yo veo, nadador preciosísimo.
Y cogerlo, y tenerlo yo en lo alto
como tiene el árbol la luz última que le ha encontrado al sol.
Y entonces tú en su busca vendrías, a lo alto.
Para llegar a él subida sobre ti, como te quiero,
tocando ya tan sólo a tu pasado con las puntas rosadas de tus pies,
en tensión todo el cuerpo, ya ascendiendo de ti a ti misma.
Y que a mi amor entonces, le conteste la nueva criatura que tú eras.
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